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Individualidad y pacto

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“El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo” (Friedrich Nietzsche) En 1860, una de las primeras defensoras de los derechos de las mujeres, Elizabeth Cady Staton, afirmó en un discurso en la American Anti-Slavery Society que “hay una clase de matrimonio que aún no se ha intentado, la del contrato entre partes iguales que lleve a una vida de igualdad, con iguales restricciones y privilegios para ambas partes”. Con estas palabras, ya en esa temprana época, esta autora dejaba en evidencia un gran problema en las relaciones matrimoniales, los contratos o matrimonios pactados, habitualmente se hacían en función del varón y no de la mujer. De hecho, muchas autoras sostenían que el matrimonio, tal como estaba concebido, era una institución en la que sólo una parte, el marido, ejercía un poder similar al de esclavista sobre su espos

Rutina, asesina de parejas


¿Comería mango todos los días, de la misma manera y a la misma hora? El mango es una fruta exquisita. Hay distintas variedades de esta fruta. Sin embargo, por más sabrosa y apetecible que sea, en algún momento, el tenerla como único alimento terminaría por cansar.
La rutina es necesaria para algunas actividades, pero hay que tener cuidado, cuando la acción se repite sin cesar y de manera mecánica termina anquilosando la vida.

La necesidad de variedad

Los seres humanos por naturaleza necesitamos el cambio. La historia humana es el desarrollo de procesos que se transforman y se reinventan constantemente. La misma naturaleza muestra que lo que se detiene comienza a fenecer.
Cuando una pareja se deja entrampar en la rutina, algo que era hermoso se convierte en pan agrío y sin sabor. Hasta el paraíso cansa cuando es lo único que se tiene.
Es interesante notar que las personas que viven en el Caribe o en zonas donde el paisaje es extraordinariamente bello, suelen escapar a otros lugares, que les ofrezca un poco de variedad ante lo que ven continuamente. La vida es así. Los seres humanos no pertenecemos más que al cambio.

Miedo al amor

Por paradójico que parezca, Jan Trost e Irene Levin, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social de México, en su artículo "Parejas sin domesticidad común", señalan que algunas personas temen iniciar una relación de pareja por temor a "que su amordesaparezca en medio de la rutina diaria".
Las personas entienden claramente lo que significa la rutina y lo que hace a la vida, por esa razón, una experiencia que debería ser motivadora y movilizar la existencia, como es el amor, en algunos casos se convierte en un factor inmovilizador, precisamente por el temor de vivir experiencias negativas. Esto ocurre especialmente en personas que han visto en sus padres o personas con las cuales se relacionaron, este tipo de situaciones.

Polos opuestos y completarios

Según F. Alberoni en su libro Te amo, para que una pareja perdure en el tiempo se necesitan dos polos opuestos y complementarios. Eso implica "por un lado, seguridad, fidelidad y aseguramiento recíproco, con esquemas comunes para afrontar los problemas que sucedan. Por otro, misterio, aventura, encantamiento, que hacen impredecible determinadas pautas de conducta. De esta manera el Amor se convierte en un perpetuo estado naciente que deja de ser predecible, rutinario y, en definitiva, aburrido".
El estereotipo de que las parejas que mejor se llevan son las que más se parecen, lo único que fomenta es precisamente la falta de cambio, aventura e impredecibilidad a la relación. En suma, lo que le pone sal y pimienta a la relación son las diferencias que permiten finalmente el equilibrio y la satisfacción.
Cuando las diferencias se anulan, entonces, se produce un fenómeno de apocamiento de la personalidad y lo que se logra con dicha actitud es eliminar aquello que puede ayudar a que la pareja se complemente y se equilibre.
La rutina, en muchos sentidos, se relaciona con una personalidad disminuida y con varones y mujeres que han perdido la capacidad deasombrarse y generar nuevas formas de encarar la vida y el día a día.

Consejos para evadir la rutina

  • Jugar: todo lo que tiene que ver con lo lúdico es una forma de ayudar a que las personas puedan encarar la vida con visiones diferentes.
  • Improvisar: ¿por qué se han de hacer las cosas siempre de la misma forma? En algunos momentos será necesario improvisar, lo que permitirá vivir momentos placenteros sin habérselo propuesto.
  • Estar dispuesto al cambio: eso implica una mente abierta dispuesta a aceptar que en algunos momentos puedan ocurrir acontecimientos para los que no estábamos preparados, pero con una buena actitud, se puede aprender a encararlos de una manera positiva.
  • Conocer gente: las personas que se encierran entre cuatro paredes terminan encarceladas en sus propias barreras. Integrar clubes, asociaciones, o grupos con intereses afines, ayuda a expandir las fronteras de sí mismo y le da nuevos motivos a la pareja.
  • Leer libros que ofrezcan alternativas: en todos los ámbitos, sexual, de comunicación, crianza, formas de arreglar la casa, etc. Un libro es sabiduría condensada y por lo tanto, es una buena inversión a la hora de buscar ideas que contribuyan a mejorar la calidad de vida de la pareja.
  • Asistir a seminarios de enriquecimiento matrimonial: en toda ciudad, siempre hay asociaciones, grupos religiosos, organizaciones gubernamentales, etc., que ofrecen conferencias o talleres para colaborar en el crecimiento de los matrimonios.
  • Comprar videos o conferencias para realizar la misma función anterior: no siempre a la ciudad nuestra vienen los especialistas, pero existen muchos materiales envasados que traen muy buena información.
  • Salir de vacaciones, pero planificadas: muchas parejas optan por ir al mismo lugar todos los años. Sin embargo, eso no hace bien, tarde o temprano termina afectando por la rutina. La diversidad ayuda, siempre y cuando se planifique adecuadamente.
  • Tener cada seis meses un fin de semana solos: eso implica salir sin hijos, sin amigos y sin familiares. No se necesita mucho dinero, aún un hotel en la misma ciudad sirve, si con eso se logra que la pareja se distraiga y pueda desconectarse de su rutina habitual y darse tiempo para ser pareja.
  • Sorprenderse mutuamente: una pareja sabia buscará la manera de crear momentos o situaciones en los que puedan sorprender a su pareja: una cena especial, una salida a algún lugar agradable, un regalo que no se espera, etc.

Conclusión

Los cuentos de hadas que giraban en torno a parejas, siempre terminaban con la frase: "Y vivieron felices para siempre"... Tal vez ese final habría que reescribirlo y decir, "y vivieron felices hasta que dejaron que la rutina los ahogara para siempre".
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Se prohíbe la reproducción total o parcial del presente 
artículo sin la autorización expresa del autor.

Originalmente publicado en Suite101

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