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Individualidad y pacto

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“El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo” (Friedrich Nietzsche) En 1860, una de las primeras defensoras de los derechos de las mujeres, Elizabeth Cady Staton, afirmó en un discurso en la American Anti-Slavery Society que “hay una clase de matrimonio que aún no se ha intentado, la del contrato entre partes iguales que lleve a una vida de igualdad, con iguales restricciones y privilegios para ambas partes”. Con estas palabras, ya en esa temprana época, esta autora dejaba en evidencia un gran problema en las relaciones matrimoniales, los contratos o matrimonios pactados, habitualmente se hacían en función del varón y no de la mujer. De hecho, muchas autoras sostenían que el matrimonio, tal como estaba concebido, era una institución en la que sólo una parte, el marido, ejercía un poder similar al de esclavista sobre su espos

El mito del instinto maternal


La realidad desmiente al mito:
  • En Argentina, Adriana Cruz, de la localidad de San Vicente, asesinó a su hijo de seis años para vengarse de su esposo del cual se estaba separando. La mujer, de situación acomodada, llenó el jacuzzi de su casa y allí ahogó al niño.
  • En EE.UU., Tonya Thomas de 33 años, llamó a sus hijos que estaban en casa de vecinos, se encerró con ellos en su hogar y los asesinó a tiros, luego, se suicidó. Los niños tenían entre 12 y 17 años.
  • En España, una mujer de nombre Mónica, asesinó a su hijo preadolescente ahogándolo en la bañera y luego lo puso dentro de una maleta y lo abandonó.
  • En México, una mujer de 35 años, en la localidad de Colima, asesinó a su hijo de 10 años con dos cuchillos y un bisturí. Después de constatar lo que había hecho intentó suicidarse.
  • En Rusia, Galina Ryabkove, de 30, lanzó desde el decimoquinto piso a sus dos pequeños hijos de 4 y 7 años, porque, según ella, estaba harta de la maternidad.
  • En Perú, en la ciudad de Cajamarca, Tania Aquino Chilón, de 31 años, envenenó y luego degolló, a sus dos hijas de 7 y 5 años respectivamente. Luego, intentó ahorcarse.
  • En Bélgica, Juliana Santana, asesinó a su hija de 4 años, y luego la descuartizó y puso los restos en bolsas que guardó en el congelador de su casa.
  • En Japón, Sanae Shimomura, de 23 años, abandonó a sus dos pequeños de 1 y 3 años, sin agua y comida, expresamente para que murieran de hambre y sed.
  • En Chile, una mujer de 30 años degolló a su hijo recién nacido y lo arrojó a un pozo séptico. Por casualidad los médicos que la atendían se dieron cuenta que había dado a luz recientemente y dieron a conocer el hecho.
Todos los días, en algún lugar del mundo, alguna mujer asesina o intenta matar a sus hijos. Los casos presentados son sólo una pequeña muestra de una situación global, que simplemente es escondida detrás del mito.
Es verdad que la mayoría de las mujeres cuida y protege a sus hijos, aún a costa de sacrificios inhumanos, pero lo mismo hacen varones con sus hijos. Por lo tanto, el asunto no es femenino, sino que obedece a situaciones que son mucho más complejas que el mito del "instinto materno". Si el instinto realmente existiera, no se tendrían los casos de los cuales da cuenta la prensa, casi todos los días.

Lo que los estudios revelan del instinto materno

En primer lugar, las estadísticas, que suelen ser indicadores importantes a la hora de entender y estudiar algunos fenómenos muestra que el 90% de los infanticidios son efectuados por mujeres. Los niños son maltratados, generalmente en casa y suelen ser las madres sus maltratadoras.
La razón para este tipo de conducta es multifactorial, depresión, vidas al límite por falta de recursos, problemas psiquiátricos, oportunidad, porque las mujeres pasan más tiempo con los niños, y así sucesivamente. La realidad es que en los hechos, se desmiente el mito.
Así como hay varones que asesinan a sus hijos, hay mujeres que hacen lo mismo. Los hechos no mienten.
Elizabeth Badinter, socióloga francesa, en su libro ¿Existe el amor maternal? (Paidós, 1991) señal que: "El amor maternal es sólo un sentimiento humano. Y es, como todo sentimiento, incierto, frágil e imperfecto. Contrariamente a las ideas que hemos recibido, tal vez no esté profundamente inscripto en la naturaleza femenina. Si observamos la evolución de las actitudes maternales, comprobamos que el interés y la dedicación al niño se manifiestan o no. La ternura existe o no. Las diferentes maneras de expresar el amor maternal van del más al menos, pasando por nada o casi nada".
En otra sección, la misma autora señala: "Hemos concebido durante tanto tiempo el amor maternal en términos de instinto, que de buena gana creemos que se trata de un comportamiento arraigado en la naturaleza de la mujer cualquiera sea el tiempo y el espacio que la rodean. Creemos que al convertirse en madre la mujer encuentra en ella misma todas las respuestas a su nueva condición. La realidad, destruye este supuesto mítico. No se es madre por instinto, sino por opción. Se elige cuidar, criar, mantener, educar, enseñar y todo lo que implica ser madre.
Una vez más, el mito suele caer bajo el peso de las evidencias. Simone de Beauvoir (1908-1986) cuestionó el mito, pero como era feminista y atea, no se la tomó en serio. Sin embargo, la sociología ha dado suficientes evidencias científicas de que el "instinto maternal" es uno más de los tantos mitos que pululan en la sociedad.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Se prohíbe la reproducción total o parcial del presente 
artículo sin la autorización expresa del autor.
Originalmente publicado en Suite 101

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